Frente a las costas japonesas se esconde una estructura megalítica sumergida que probablemente pertenezca a una civilización que podría tener un origen de más de 10.000 años. ¿Realmente se trata de un monumento construido por el ingenio humano o se trata realmente de una obra de la naturaleza?
La isla de Yonaguni situada en el mar de China, está rodeada por aguas turbulentas que dificultan seriamente la navegación y el acceso a determinadas zonas de su litoral. Estas oscuras aguas esconden misteriosos secretos ancestrales que hemos llegado a conocer gracias al descubrimiento fortuito realizado por un buceador japonés.
En 1987 el profesor de buceo local Kihachiro Aratake se propuso traer a la zona de Yonaguni a un mayor número de buceadores y al investigar una apartada zona de la isla hizo un descubrimento que le dejó sin palabras. Allí, por casualidad y contra todo pronóstico, se encontraba un enorme megalito que, debido a sus formas y composición, no parece haber sido producto de la acción erosiva del mar, sino más bien, fruto del trabajo de la mano del hombre.
Muchas son las diferentes hipótesis sobre el origen de esta estructura submarina, que probablemente estuvo fuera de las aguas marinas durante las eras glaciares, en las que se cree que Yonaguni pudo formar parte de la civilización Mu y que, al igual que la Atlántida o Thule, pudo haber desaparecido bajo las aguas.
Otros investigadores defienden que esta estructura es de origen natural y que sus ángulos y aristas son debidos a la acción erosiva de las aguas, pero estudios posteriores han demostrado que ciertas estructuras de la sumergida construcción están compuestas por rocas calcáreas que no se encuentran en dicha región o bien un monumento con forma de piedra ovalada que aparentemente no parece tener ninguna concordancia con el resto del megalito.
Si realmente la antigüedad del conjunto arquitectónico datase de hace más de diez milenios, tal y como se estima, estaríamos ante la estructura arquitectónica más antigua encontrada en el mundo junto con el santuario de Gobekli Tepe, mucho más primitiva que las civilizaciones Mesopotámicas, Egipcias o Chinas.
Tras el terremoto que tuvo lugar en mayo de 1998 parte de las ruinas submarinas de la pirámide secreta de Yonaguni fueron derruidas y, gracias a ello, pudieron descubrirse nuevas estructuras de las que no se tenía constancia hasta la fecha. Construcciones que permitían ver algunas formas parecidas a los Zigurats mesopotámicos, por lo que dichas características cuestionarían el origen geológico de este misterioso lugar.