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Carrito

Seguramente alguna vez hayas escuchado esa palabra o te has preguntado qué son esas líneas blancas que dejan los aviones en el cielo a su paso.

El término Chem Trail proviene del inglés y deriva de las palabras chemical (químico)  y trail (rastro) por lo que, de ahí, la teoría de que estas estelas de condensación que quedan tras el paso de los modernos aviones a reacción pueda suponer un riesgo para la salud de la humanidad y la de nuestro planeta.

Según ciertas creencias que, a día de hoy y gracias a las redes sociales, se propagan a gran velocidad y van aumentando su número de seguidores, habría una suposición de que estos aviones dispersan elementos químicos o biológicos de carácter tóxico y nocivo.

Observando el cielo pueden apreciarse, en casi cualquier lugar, las formaciones de estas estelas blancas que se quedan grabadas tras el paso de las aeronaves.

En ocasiones, sobre todo en las zonas de gran volumen de tráfico aéreo, estas líneas blancas pueden llegar a formar auténticas mayas en forma de red que no quedan indiferentes ante la mirada de aquellas personas que las observan.

¿Teoría conspirativa o simples rastros provocados por la combustión?

Los motores a reacción de los aviones, debido a la combustión del combustible a alta temperatura, emiten vapor de agua, dióxido y monóxido de carbono, hidrocarburos y otros gases como azufre o partículas de metal y hollín (entre otros).

Debido a las bajas temperaturas que predominan  a varios kilómetros de altura de la  superficie terrestre,  a las altas presiones y a la humedad atmosférica, las gotas de vapor de agua que expulsan los motores se congelan y dejan ese rastro en el cielo.

Fenómeno que en el mundo de la aviación es conocido como Contrails que deriva de la contracción de las palabras condensation (condensación) y trails (rastro).

Pero según se insiste desde varios sectores de la sociedad, especialmente aquellos que creen en una teoría consipiranóica que pretende erradicar a la población humana de la Tierra, estos vuelos están destinados a propagar enfermedades o agentes perjudiciales para la salud.

Según el Boletín Oficial del Estado (BOE) emitido el 16 de abril de 2020, tras la crisis sanitaria provocada por el COVID-19, el Gobierno Español autoriza a las Unidades NBQ (Nuclear-Bacteriológico-Químico) del Ejército y a las Unidades de Emergencia al uso de biocidas autorizados para luchar contra la enfermedad.

La gran mayoría de los expertos aseguran que no existen pruebas para garantizar que los gobiernos del mundo se dediquen a gasear a su población para fumigarla o esterilizarla.

Aún así el debate de los Chemtrails sigue sobre la mesa…

 

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