Desde la antigüedad las profecías siempre han generado gran admiración y escepticismo, convirtiendo muchas veces a sus videntes o profetas en seres a quienes se les mira con desdén e incredulidad. Solo el transcurso de los años ha sido capaz de juzgar con total certeza aquellas predicciones que fueron pronosticadas e hicieron mención, en siglos pasados, a sucesos ocurridos en nuestra era o en tiempos venideros.
Por lo general la mayoría de las profecías siempre han caído en el olvido o en la más irrelevante realidad. Pero existe una singular excepción a esta regla, un hombre cuyas profecías fueron ratificadas durante su existencia y las cuales han sobrevivido a la prueba del paso del tiempo: Nostradamus, el profeta más importante de toda la historia.
Muchos de sus pronósticos sobre guerras, cataclismos, hambre y tiranía resultan aterradores pero lo más sorprendente es, sin duda, la precisión de los mismos.
Predijo el destino de continentes, acciones y personas. Todo con una exactitud que solo él fue capaz de profetizar. Previamente a la aparición de la Revolución Industrial, Nostradamus predijo la llegada de las armas más espantosas del siglo XX así como la llegada de los dictadores más despiadados de todos los tiempos.
Michael de Nôtre-Dame, nació en Saint-Remy-de Provence en Francia, el 14 de diciembre de 1503. Hijo de un acomodado escribano de origen judío. Su abuelo fue el encargado de supervisar sus estudios y su aprendizaje, éste era médico y astrólogo. Michel estudió matemáticas, medicina e idiomas como el griego y el latín. Pero también fue capaz de aprender desde muy corta edad a utilizar el astrolabio, un instrumento utilizado para practicar la astrología ya que pronosticaba la posición de los planetas.
En 1533 decidió asentarse tras vagar por los caminos practicando la vida ambulante como médico y filósofo. Se casó pero a causa de la peste, enfermedad a la que había combatido, su mujer falleció. Tras semejante suceso Michael volvió a emprender su peregrinaje durante los siguientes 8 años viajando entre Francia e Italia.
Fue en uno de sus viajes cuando su don de clarividencia empezó a manifestarse cuando al toparse con un grupo de frailes hizo la primera de sus predicciones; bajó de su montura y se arrodillo ante uno de ellos, un hombre de origen humilde que había sido porquero, pero después de 10 años tras el fallecimiento de Nostradamus aquel fraile se convirtió en el Papa Sixto V.
Este fue el origen de un gran número de profecías que hacían referencia a diversas personas de diferentes épocas. Visiones sobre acontecimientos futuros que cambiarían el curso de la historia pero que Michael de Nôtre-Dame podía augurar gracias a su increíble don de videncia.
